Te decimos todo lo que debes saber sobre los residuos de obras de construcción: qué son, qué pasa si no los desechas de manera correcta y cómo empezar un plan de gestión de residuos.
Se entiende por residuo toda cosa o substancia que su dueño deseche. En pocas palabras, los residuos son basura. Y como todo en la vida, existen diferentes tipos de basura. En esta ocasión, hablaremos de los Residuos de Construcción y Demolición, también conocidos como RCD. En este caso, la definición de residuo se extiende a cualquier cosa o substancia que se genera y desecha en una obra de construcción o demolición.
Desde construcciones de edificios, presas y carreteras, hasta excavaciones, reparaciones y demoliciones, toda obra de este calibre genera residuos. Sin embargo, según datos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, solo el 4% de los RCD se reciclan. Por eso resulta importante primero saber identificarlos:
¿Qué materiales califican como RCD?
- Concreto: material para relleno, postes, arena, asfalto.
- Elementos mezclados, prefabricados y pétreos: piedra, tabique, adoquín, mampostería, ladrillo.
- Otros: yeso, muro falso, madera, cerámica, plástico, metal, lámina, vidrio, papel, cartón.
¿Qué sucede cuando estos no se separan, transportan y disponen de manera correcta?
Actualmente, solo pocas entidades alrededor del país cuentan con la infraestructura necesaria para gestionar de manera adecuada los RCD.
Cabe mencionar, que la mayoría de los residuos de construcción y demolición que se generan en las obras son retirados por transportes de carga privados. Y es que algunas entidades federativas han implementado esta medida que incluye desde la recolección y transportación, hasta la disposición en centros de acopio y lugares de disposición final.
No obstante, un poco más del 5% de estos residuos siguen siendo transportados por recolectores de residuos sólidos urbanos, o RSU (hojas, ramas, troncos), cuando se supone que estos no se pueden mezclar. También se estima que un 10% de los RCD se desechan en la vía pública.
Y aunque el 67% de los residuos de obras se transportan en vehículos privados, ¡solo el 20% de estos se dispone en sitios autorizados! El mal manejo de los RCD, ciertamente, ha traído consecuencias para la salud y el medio ambiente:
¿Qué consecuencias tiene esto?
- Cuerpos de agua como arroyos se obstruyen.
- Contaminación del suelo y subsuelo.
- Inundaciones de zonas vulnerables y bajas en época de lluvias.
- El drenaje natural se ve muy afectado.
- Mucho más polvo, causando contaminación del aire y por lo tanto enfermedades respiratorias.
- Afectación de flora y fauna.
- Impacto visual de las ciudades.
- Contaminación por mezcla de residuos que son peligrosos.
- Fauna nociva.
¿Cuál es la solución?
Para contrarrestar la problemática derivada de la mala gestión de RCD, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción elaboró un Plan de Manejo de Residuos, donde, entre otras cosas, detallan las responsabilidades de los directores de las construcciones por etapas:
- Generación: separar los RCD sobrantes de toda actividad. Para esto es muy importante contar con contenedores de basura grandes y herméticos. Una buena opción son los contenedores soterrados, que son higiénicos e impiden la manipulación de los mismos. Resultan ideales para la construcción ya que reducen el impacto visual y olfativo.
- Recolección: contratar a un proveedor autorizado para la recolección y transportación periódica de residuos.
- Seguimiento: confirmar con el proveedor el correcto depósito de los residuos.
Nos queda un largo camino que recorrer en materia de residuos en México. Sin embargo, este tipo de planes nos acercan más a la reducción del impacto ambiental, urbano y de salud que generan los RCD. Si quieres conocer más acerca de los contenedores adecuados para las construcciones, acércate a nosotros. Podemos asesorarte para obtener el mejor para tu proyecto.